¿Quién no ha tenido de pequeño un periquito? Esta pequeña mascota se convertía en el símbolo de responsabilidad. Tu misión era alimentarlo y cuidarlo durante su primera semana en casa, después se convertía en la responsabilidad de esos ingenuos padres que intentaban dar una lección a sus hijos. Aun así, se ganaba un hueco en el corazón de toda la familia y pasaba a ser un miembro de la misma.
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