Que tiempos aquellos, en los que la mayor preocupación que teníamos era la hora de volver a casa después de una agotadora tarde de juegos en el parque. La de tiempo que pasábamos jugando en los columpios y la cantidad de pasteles de arena que hemos hecho y derribado. Que recuerdos te trae el asomarte a la ventana y ver a los niños disfrutando de todas esas cosas. ¡Menuda envidia!, ojalá se pudiera volver atrás por unos momentos y volver a sentirte como aquel niño que fuiste.
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